Sistema de cristalización por enfriamiento de hidróxido de litio
Soluciones de cristalización por refrigeración industrial
Ofrecemos soluciones de cristalización por enfriamiento de LiOH para producir cristales de mirabilita
El proceso de cristalización por enfriamiento del hidróxido de litio está diseñado para eliminar el sulfato de sodio en forma de sulfato de sodio decahidratado (mirabilita). Generalmente, sigue un proceso continuo de dos etapas. En la primera etapa, se separa la mayor parte de la mirabilita mediante una centrífuga de empuje de dos etapas o una centrífuga de filtración horizontal de tipo scroll.
La solución restante pasa luego a una segunda etapa de enfriamiento para extraer más mirabilita mediante enfriamiento profundo. Dado que el contenido de cristales es menor en este punto, la separación se realiza mediante una centrífuga de filtración horizontal tipo scroll. Tras eliminar la mayoría de los cristales de sulfato de sodio, el líquido restante (líquido madre) pasa a la siguiente etapa, mientras que la suspensión se recicla a la primera centrífuga para su posterior procesamiento.
En soluciones de hidróxido de litio y sulfato de sodio, la mirabilita (sulfato de sodio decahidratado) puede separarse mediante un sistema de cristalización por enfriamiento diseñado para operación continua. Este enfoque incluye varias consideraciones específicas del proceso:
- Para que los cristales alcancen un tamaño estable y utilizable, el cristalizador proporciona un tiempo de residencia adecuado durante todo el ciclo.
- A medida que la solución se enfría, se vuelve más viscosa y la diferencia de densidad entre el líquido y los cristales es relativamente pequeña. Se integra una mayor área de sedimentación para facilitar una separación sólido-líquido más eficiente en estas condiciones.
- Los cristales formados durante la cristalización por enfriamiento continuo suelen ser más pequeños que los de los sistemas discontinuos. Como resultado, quedan más partículas finas suspendidas en las aguas madres y mayores cantidades de líquido residual se adhieren a las superficies de los cristales, lo que requiere una manipulación cuidadosa durante la centrifugación.